No cabe duda de que cuando estamos buscando trabajo debemos tener un ojo puesto en los anuncios de empleo que se publican. Para ello debemos seleccionar con cuidado qué plataformas de empleo vamos a usar, tener muy buenos perfiles en ellas y crearnos alarmas bien definidas. Así nos llegarán casi en tiempo real notificaciones de empresas están buscando perfiles como los nuestros y podremos decidir enviar nuestro CV.
Pero mientras tenemos un ojo en las plataformas de empleo, el otro lo debemos tener muy bien puesto en otras muchas vías por las cuales circulan oportunidades tan interesantes o más que las publicadas en plataformas.
Sabemos que un porcentaje muy elevado de opciones se presentan a través de lo que solemos llamar el mercado oculto de trabajo. ¿Por qué es tan importante este mercado oculto? Te lo explico ahora mismo: Si yo fuera un pequeño empresario y tuviera dos franquicias, por ejemplo, La Retoucherie o un almacén mediano de suelos porcelánicos, por poner otro ejemplo trivial, y necesitara una recepcionista o una dependienta, no creo que quisiera pasar por poner un anuncio en internet.
¿Por qué? Pues porque puede que me resultara caro, o un mundo algo desconocido, o puede que no quisiera pasar por tener que leer cientos de currículums. Por ello, para mí sería más fácil y fiable preguntar a mis mejores clientes, a mis proveedores, a mis ex compañeros de trabajo o incluso a mi mismísimo cuñado, porque ellos a su vez conocen a personas más allá de mi círculo y podrían saber de alguien que cumpla el perfil deseado y esté buscando trabajo. Estás personas cercanas a mí, a su vez, tienen amigos, compañeros de trabajo, clientes, proveedores e incluso puede que también cuñados con los que comentar el tema. Y a su vez, todos estos otros conocidos de mis conocidos tienen su propio círculo de personas.
Por tanto, como una pequeña onda, la oportunidad va pasando de unos a otros de modo espontaneo y como parte de nuestras conversaciones del día a día. Hasta que en un momento alguien dice algo como… “uy, el otro día justamente alguien de este perfil me dijo que estaba buscando empleo” o algo como … “este puesto le iría super bien a aquella compañera que dejo mi empresa hace unos meses”. Y la oportunidad se junta con el potencial candidato.
¿Y esto en que se traduce para ti, mujer en búsqueda activa de empleo? Pues en que tienes que moverte, hablar con el máximo número de personas conocidas, amigas, familia, ex compañeros de estudios, ex compañeros de trabajo y explicarles tu situación. Sal de tu zona de confort, habla con gente, incluso con desconocidos de modo espontaneo cuando la ocasión se presente. No estás mendigando nada, solo informas con la cabeza bien alta de tu proceso actual de búsqueda, solo te ofreces como una candidata valiosa para esa vacante que un empresario en algún sitio está deseando cubrir. Solo lanzas al vuelo tu propuesta de persona honesta, inteligente y trabajadora sabiendo que en algún sitio esa oportunidad te está esperando.
Al final todo se reduce a estadística: a cuántas más puertas llames, con cuánta más gente hables, cuanto más lanzada seas, más probabilidades tendrás de que detrás de una de esas puertas haya esa persona sobrecargada de trabajo, ansiosa por encontrar a alguien en quien confiar parte del trabajo de su preciado negocio. Recuerda, al final todo es pura estadística.
Marta Carballal, docente de Impulso Digital